
La delgada linea que separa la tecnologia punta del souvenir es el funcionamiento.
A pesar de que ha pasado ya mucho tiempo y que actualmente en el mercado hay un sinfin de gadgets que le dan mil vueltas a la mini-tele que trajo Otō-san (mi padre), le he sacado unas fotos para que podais ver el tamaño del artilugio. La decepcion ha llegado cuando he querido ponerla en funcionamiento... porque funcionar funciona, pero la pantalla no daba imagen alguna, salvo un brillo verdoso y poco mas. Una lastima. Pero os aseguro que en vida hizo todas las funciones que debia hacer y en mas de un momento supuso un respiro en lugares donde la television, en su vertiente de adiccion, era una mera utopia.
Fui la envidia de la clase durante nuestro viaje de estudios por Andalucia. En las habitaciones del hotel en Cordoba no habia tele, y la unica tele existente estaba en el hall... y la pequeña Casio en el cuarto que compartia con mi buen amigo Emilio Escudero. Ni que decir que se juntaron en nuestro cuarto unas siete personas viendo una tele con una pantalla de 7x5cms.

Lo unico que le falta es funcionar. XD
En serio. Es una lastima porque era un buen cacharro, pero 17 años no pasan en balde. Aluciné con ella en el 89 y hoy al rescatarla he vuelto a alucinar. El tiempo ha pasado y la tele todavia podria venderse como una novedad. Lamentablemente ya no es una tele. Es un recuerdo de aquella vez que Otō-san estuvo en Japón...
...que cabrón!
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