Recuerdos de Otō-san

Hace ya muchos años, pero aunque sea muy telegráficamente, me acuerdo de: La cultura, se palpa en el ambiente.
La cantidad de personas que hay en la calle o para cruzar un semáforo.
La puntualidad, esta mal visto tanto llegar tarde, como llegar pronto, hay que ser exacto. La fidelidad a la empresa y el amor por en trabajo. Los grupos de trabajo o desarrollo en la que los empleados proponen ideas para la mejora de la productividad.
Los templos sintoistas. El Fuji...desde el tren bala.
El sake bebido en caña.
Kioto...te vuelves samurai.
Las murallas del Palacio Imperial.
Los colores, era otoño y veías todos los colores en el paisaje.
La carne, escasa y muy cara.
Las autopistas y trenes que van como los puentes, no tocan el suelo.
Los jóvenes, que cuando estuve tenían pasión por lo occidental y nos pedían autógrafos como a las estrellas de cine.
La zona comercial de Ginza, como el Portal del Ángel pero con 1000 veces más personas.
Chiba y su parque Disney, siempre somos niños.
Los rascacielos, no tienen que envidiar nada a New York.
Creo que tendría que volver a mirar fotos de entonces, para acordarme de más cosas.
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